Conviene leer...
Jeanean Thomas es una madre de Ontario, en Canadá que un día decidió llevar a su hija a patinar a un skatepark de su zona, concretamente a Churchill Park, en Cambridge. La primera reacción de la mujer al llegar al parque fue de desaliento, al encontrárselo lleno de chicos adolescentes.
Jeanean escribió una carta contando su experiencia bajo el título ”Querido chico adolescente del skatepark”. La carta fue publicada en el diario Cambridge Times y la historia es todo un ejemplo de como los prejuicios a menudo están equivocados.
Esta era la carta:
”Probablemente tengas unos 15 años, así que no espero ni que seas muy maduro ni que quieras a una niña pequeña en tu skatepark.
Lo que tú no sabes es que mi hija lleva meses queriendo patinar. De hecho le tuve que convencer que el monopatín no solo es para chicos. Así que cuando llegamos al skatepark y vio que estaba lleno de chicos adolescentes fumando y diciendo palabrotas, quiso darse la vuelta y volver a casa inmediatamente.
Sinceramente yo también quería irme porque no me apetecía soltar unas “palabras de madre” y tener que decirte cuatro cosas.
Tampoco quería que mi hija tuviera que sentirse amedrantada por nadie, o que no tenía tanto derecho a estar en el skatepark como cualquiera de vosotros.
Así que cuando me dijo “Mamá, esto está lleno de chicos mayores” serenamente le respondí “y que más da, tampoco son los dueños del skatepark”. Empezó a bajar por la rampa a pesar de que tú y tus amigos volabais al lado de ella y grindabais las barras a su alrededor.
Sólo había hecho dos o tres rondas antes de que te acercaras a ella y le dijeras “Oye, perdona”.
Inmediatamente me preparé para darte mi discurso de “ella tiene tanto derecho a estar aquí como vosotros” cuando te oí decir “tienes los pies mal colocados, ¿puedo ayudarte?”
A continuación estuviste casi una hora con mi hija enseñándole a mantener el equilibrio y a girar. Ella te escuchaba, una hazaña a la altura de muy pocos adultos.
La cogiste de la mano y la ayudaste cuando se cayó, incluso te oí decirle que no patinase las barras y así no se haría más daño. Quiero que sepas que estoy orgullosa de que seas parte de mi comunidad. Quiero darte las gracias por ser tan amable con mi hija, incluso cuando tus amigos se burlaban de ti.
Mi hija se fue del skatepark con una sensación de orgullo y con la confianza de poder hacer cualquier cosa gracias a ti.
Jeanean Thomas”
visto en Mibrujula
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